No hace falta ser un experto en desarrollo infantil para dar a tu bebé todo el cariño y la atención que se merece desde que nace. Los cuidados diarios y el cariño son lo único que realmente necesita tu bebé para crecer bien. Para ayudar a tu bebé a desarrollarse de la mejor manera posible, puedes seguir estos consejos.
Demuestra tu amor
Los primeros años de vida tienen un impacto directo y mensurable en el desarrollo físico, mental y emocional del niño. Los niños necesitan amor. Tu amor y apoyo incondicionales darán a tu bebé la oportunidad de explorar el mundo y hacer muchos descubrimientos. Así que no dudes nunca en coger a tu hijo en brazos, tocarle, abrazarle, sonreírle, animarle, escucharle y jugar con él todo lo que puedas.
También es importante que respondas a sus llantos, sobre todo durante los primeros seis meses. Al cabo de unos meses, tu bebé llorará menos si estás a su lado desde el principio. Los expertos creen que responder rápidamente a tu bebé cuando está enfadado (y también cuando está contento) refuerza su confianza y le ayuda a establecer un fuerte vínculo afectivo.
Satisfacción de las necesidades básicas
Tu bebé necesita gozar de buena salud para poder aprender y crecer. Llévalo periódicamente al médico para que controle su crecimiento o le ponga al día en las vacunas. Aprovecha para preguntarle cualquier duda que tengas.
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Su sueño
Le dormir es un parámetro importante para el bebé. Tu papel es ayudarle a dormir lo mejor posible. De hecho, se recomienda introducir una ritual de acostarse a partir de las 8 semanas. Durante el sueño REM, las neuronas de tu bebé establecen importantes conexiones que más tarde facilitarán el aprendizaje, el movimiento y el pensamiento. Estas conexiones ayudan a tu bebé a dar sentido a lo que ve, oye, saborea, toca y huele mientras explora el mundo día tras día.
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Alimentarlo
La leche materna o de fórmula proporciona todos los nutrientes que necesita un bebé durante los seis primeros meses de vida y es parte básica de su dieta hasta que cumple un año. Si piensas empezar a alimentar a tu bebé antes de la semana 26, consulta siempre a tu pediatra o médico.
La lactancia materna sigue siendo lo mejor que puedes hacer por tu bebé. Los estudios demuestran que los bebés amamantados tienen menos alergias (asma o eczema), diarreas, problemas respiratorios, obesidad e infecciones de oído. Pero si no puedes darle el pecho, o si decides no hacerlo, puede que a tu bebé le vaya bien la leche de fórmula.
Evita posibles cólicos mezclando bien y preparando los biberones de leche en el último momento, sobre todo cuando estés fuera de casa. Acaricia a tu bebé y mantén el contacto visual durante las tomas. Asegúrate de comprobar la posición de tu bebé para prevenir el riesgo de infecciones de oído.
Si sigue teniendo preguntas sobre el sueño o la alimentación de su hijo, no dude en consultarlas con su pediatra o médico de cabecera.
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Cuidados diarios
Asegúrate de que tu bebé esté siempre cómodo. Si tiene demasiado calor, quítale rápidamente una capa de ropa, o cuando tenga el pañal lleno, cámbiaselo inmediatamente. Tú y tu bebé sois un equipo. Recuerda que tu trabajo es cuidarle para que pueda desarrollarse y progresar cada día.
Hable con su bebé
Las investigaciones demuestran que los niños cuyos padres les hablan mucho cuando son bebés desarrollan habilidades lingüísticas más avanzadas que los niños que no reciben mucha estimulación verbal. Puedes empezar incluso durante el embarazo: es una forma estupenda de estrechar lazos.
Después del parto, puedes hablar a tu bebé mientras le cambias el pañal, le das de comer o le das el biberón. Responderá mejor si sabe que las palabras van dirigidas a él. Intenta mirarle mientras hablas. No te pongas filosófica, limítate a describir lo que haces o lo que hace tu bebé.
Los padres hablan con naturalidad, utilizando frases simplificadas y una voz aguda. Los expertos dicen que esto ayuda a los bebés pequeños a aprender el idioma. Sin embargo, a medida que tu hijo crezca, utiliza una voz más condicionada para que pueda desarrollar buenas habilidades lingüísticas.
Lea a su bebé
Leer en voz alta es una de las cosas más importantes que puedes hacer para desarrollar el vocabulario de tu hijo, estimular su imaginación y mejorar sus habilidades lingüísticas y sociales. Si le enseñas el valor de los libros desde pequeño, estarás contribuyendo a que la lectura se convierta en un hábito para toda la vida. También es un buen motivo para estrechar lazos con tu bebé.
Los bebés empiezan a disfrutar de los libros ilustrados en torno a los 6 meses. Leer un cuento antes de dormir suele ser una forma popular de tranquilizar al bebé antes de ponerle a dormir. También es una actividad que puede incorporarse fácilmente al ritual de acostarse.
Estimular los sentidos del bebé
Tu hijo necesita conocer gente, lugares y cosas diferentes para aprender más sobre ellos. Cada nueva interacción le aporta información sobre el mundo y su lugar en él. Incluso las actividades cotidianas más sencillas pueden estimular el desarrollo de tu bebé.
- Elige juguetes y objetos con formas, texturas, colores, sonidos y pesos diferentes.
- Pon tu música favorita o canta canciones y rimas con tu bebé. Deja que tu bebé escuche distintos estilos de música para averiguar qué le gusta más.
- Juega a juegos interactivos como el escondite, da largos paseos o ve de compras y permite que tu bebé conozca a gente nueva.
Darle espacio para crecer
Para desarrollar sus músculos, su equilibrio y su coordinación, tu hijo necesita espacio. Intenta encontrar lugares de juego y libertad donde tu bebé pueda gatear, andar y jugar con seguridad sin oír constantemente "no" o "no toques".
Por ejemplo, en la cocina, coloca bloques de armario en todos los armarios excepto en uno, que estará reservado para tu hijo. Llena este armario con cajas de plástico, cucharas de madera o cacerolas para que el bebé juegue con ellas.
Desafía a tu bebé
Cuando una actividad no le resulta fácil a tu bebé, necesita encontrar una nueva forma de hacerla. En la medida de lo posible, evita molestar a tu hijo con juegos, juguetes o actividades que no sean de su agrado. Los juguetes que le resultan un poco más difíciles pueden ayudarle a progresar. Cuando una actividad no le resulte fácil, dale la oportunidad de pensar en cómo conseguirlo. Este tipo de resolución de problemas ayuda a que el cerebro de tu bebé se desarrolle adecuadamente.
Por ejemplo, cuando intente abrir una caja o hacer algo, tómate tu tiempo para ayudarle. Déjale que lo intente primero. Si no puede, enséñale cómo hacerlo y luego cierra la caja para que vuelva a intentarlo solo. Anímale y felicítale por sus progresos.
Cuídate
Es cierto que un padre feliz hace un bebé feliz, así que cuídate. Cuando estás cansada, deprimida o enfadada, es más difícil responder adecuadamente a las necesidades de tu bebé. Las sencillas interacciones diarias entre madre, padre e hijo son muy importantes para el desarrollo del bebé. La depresión y la ansiedad pueden interferir en estas interacciones. Estas preocupaciones pueden tener consecuencias a largo plazo para el aprendizaje y el comportamiento de tu hijo.
Si tiene problemas con depresión pospartoNo dudes en pedir ayuda. Consulta a tu médico o matrona. Los grupos de conversación pueden ayudar a las madres deprimidas a reconectar con su bebé.
Si te sientes agotada, busca la manera de compartir con tu pareja las tareas domésticas y las responsabilidades de la crianza de los hijos. Si eres madre soltera, rodéate de personas que puedan ayudarte y apoyarte. No olvides nunca dedicarte tiempo a ti misma. Ser una madre ocupada y comprometida es agotador y necesitas tiempo para recargar las pilas de vez en cuando.
Aunque sólo sea un paseo con tu bebé en el cochecito, haz ejercicio todos los días, come sano y tómate un respiro para descansar si lo necesitas.
Encontrar la guardería adecuada para todos
Si trabaja fuera de casa y necesita guardería, elegir la adecuada es esencial para el desarrollo de su hijo.
Tanto si eliges una niñera, un familiar o una guardería, asegúrate de que la persona que va a cuidar de tu hijo tiene experiencia, es cariñosa y digna de confianza. Deben amar a los niños y tener energía suficiente para ayudar a tu hijo a desarrollarse adecuadamente.