Tu bebé es oficialmente un niño pequeño, pero necesita tanto dormir que cuando eran más pequeños. Hasta los dos años, los bebés necesitan entre 13 y 14 horas de sueño al día, incluidas 11 horas por la noche. El resto de las horas de sueño son siestas. Es probable que tu hijo siga necesitando dos siestas a los 12 meses, pero a los 18 meses necesitará una hora, hora y media o dos horas de sueño. siesta puede ser suficiente. Este ritmo puede continuar hasta los 4 ó 5 años. La transición de dos siestas a una es a veces difícil. Algunos expertos recomiendan alternarlas, en función de la duración de la siesta. el sueño de su hijo el día anterior. También puede intentar acostar a su hijo antes los días en que sólo haya dormido una siesta.
¿Cómo puedo establecer buenos hábitos de sueño?
A esta edad, hay pocas técnicas nuevas para ayudar a tu hijo a dormir, y corres el riesgo de encontrarte con nuevas dificultades, como el rechazo al sueño entre los 18 meses y los 3 años. Sigue con los métodos que has establecido desde que tu hijo tenía 6 meses.
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Respetar el ritual de acostarse
Aritual de acostarseayudará a tu hijo a estar más relajado al final del día y a prepararse para irse a la cama. Si tu pequeño necesita hacer ejercicio, deja que corra y se desahogue un rato antes de pasar a una actividad más tranquila, como un juego sosegado, un baño o la lectura de un cuento. Sigue el mismo ritual todas las noches, aunque no estés en casa. A los niños les gusta la coherencia. Cuando pueden predecir cuándo y cómo va a ocurrir algo, los niños sienten que controlan la situación.
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Respetar un ritual durante el día
Es una buena idea establecer un ritual para las siestas durante el día, y ceñirse a él. Si tu hijo duerme la siesta, come, juega y se prepara para irse a la cama más o menos a la misma hora todos los días, se dormirá más fácilmente y sin quejarse.
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Asegúrese de que su hijo se duerme solo
Si quieres que tu hijo duerma toda la noche sin llamarte, es importante quese duerme todas las noches sin tu ayuda. No debería necesitar que le acunes, le des de comer o le cantes una nana para dormirse. Si lo hace, nunca podrá volver a dormirse solo si se despierta durante la noche. Es probable que esta situación le resulte angustiosasi esto ocurre porque tu hijo te llamará a gritos. Cada uno tiene su propia manera de afrontar los despertares nocturnos.
Sueño en bebés de 12 a 18 meses
A esta edad, su hijo puede mostrarse reacio a dormirse o tender a despertarse con frecuencia durante la noche. Esto se debe sin duda a una nueva fase en el desarrollo de su hijo, que empieza a ponerse de pie y a andar. Tu hijo está tan entusiasmado con sus nuevas habilidades que quiere practicar y volver a intentarlo, incluso a la hora de acostarse. Si se niega a irse a la cama, la mayoría de los especialistas aconsejan dejarle en su habitación unos minutos para intentar calmarle. Si no, déjale llorar para ver si el desacuerdo es pasajero o esconde un problema más profundo.
También tendrás que decidir qué hacer si tu hijo se despierta por la noche, no consigue volver a dormirse por sí solo y acaba llamándote llorando. Si tu hijo está despierto, puedes ayudarle a tumbarse de nuevo, pero si sólo quiere tu atención y que te quedes a jugar con él, procura ser firme. Enseña a tu hijo que la noche es para dormir.
¿Cómo afrontar los problemas de sueño del bebé?
¿Qué debe hacer si su hijo le despierta por la noche cuando ya tiene edad para dormir toda la noche? Para que tu hijo duerma toda la noche sin llamarte, es importante que le enseñes a calmarse chupándose el dedo, acariciando su peluche o de otra forma. La mayoría de los especialistas coinciden en que los niños no deben depender de factores externos como la música, la luz o la alimentación para dormirse. Si lo hacen, los necesitarán cada vez para volver a dormirse por la noche y les costará desprenderse de ellos.
Si tu hijo duerme mal por la noche, existen distintos enfoques para intentar solucionar el problema. Tú eliges el que mejor se adapta a tu familia.
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Técnica n° 1
Desde el momento en que dejas que tu hijo se duerma solo por la noche, puedes elegir los medios que más te convengan para ayudarle a volver a dormirse, como mecerle o llevarle de paseo hasta que vuelva a dormirse. Si el ritual a la hora de dormir es siempre el mismo, los despertares nocturnos deberían disminuir en pocas semanas. Si este método no funciona, prueba con éste: cuando tu hijo llore, vuelve junto a él, acaríciale la espalda y dile que todo va bien, pero que ya es hora de dormir. No abraces a tu hijo. Tranquilízale pero sé firme. Sal de la habitación, espera 5 minutos y vuelve para comprobar si se ha vuelto a dormir. Repita la operación hasta que su hijo se duerma, espaciando cada vez más las visitas.
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Técnica n° 2
Ayude a su hijo a reconocer la hora de acostarse estableciendo un ritual. Asegúrate de que se duerme solo, sin tu ayuda, sin biberón. Aunque este tipo de método funciona a corto plazo, enseña a tu hijo más a que lo acuestes para dormir que a dormirse solo. Si tu hijo se despierta, intenta dejarle llorar durante periodos cada vez más largos, empezando por periodos de 5 minutos, luego de 10 y así sucesivamente. Entre estos periodos, quédate con él 2 o 3 minutos para tranquilizarle, hablándole suavemente y acariciándole la espalda. No le cojas en brazos ni le acunes, debe permanecer en su cama.
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Técnica n°3
Vigila el reloj para ver cuándo tu hijo da muestras de cansancio y acuéstalo todos los días a esa hora. Organiza una ritual de acostarse con calma y coméntalo con tu hijo para que entienda cómo van a suceder las cosas, cuándo y por qué. Organices como organices este ritual, lo importante es que tu hijo esté tranquilo y despierto en la cama, listo para irse a dormir. Si tu hijo se despierta durante la noche, no lo saques de la cama ni lo lleves a tu dormitorio. Tiene que aprender a dormirse solo, aunque al principio llore. Tranquilízale un rato y luego vuelve brevemente cada 5 o 10 minutos hasta que vuelva a dormirse.
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Técnica n°4
Para ayudar a tu hijo, puedes enseñarle técnicas de autoconsuelo dándole un pañuelo con tu olor, un peluche o ayudándole a encontrar su pulgar. Sigue un ritual alentador y tranquilizador a la hora de dormir. Si tu hijo empieza a llorar por la noche, despiértalo antes de acostarlo, dale un abrazo y vuelve a acostarlo, diciéndole que estás ahí.
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Técnica n°5
Intenta adelantar la hora de la siesta de tu hijo y acórtala si es necesario. Cumpla su rutina para irse a dormir. Para ayudar a tu hijo a dormirse, también puedes darle mimos, fingir que tú también duermes o dedicarte a tus cosas hasta que se duerma viéndote hacer aspavientos. Si tu hijo se despierta durante la noche, no le dejes llorar, pero intenta averiguar por qué se ha despertado: un pañal lleno, el hambre, un cambio de rutina durante el día, la nariz taponada o incluso el picor del pijama pueden ser las causas de que se despierte por la noche. Pasa más tiempo con tu hijo durante el día y deja que papá le consuele por la noche. De este modo, ambos padres pueden ayudar a tu hijo a volver a dormirse. Si tu pequeño ha dormido toda la noche hasta ahora, pero está atravesando una fase importante de su desarrollo, es de esperar que se despierte más a menudo por la noche. Cuando esto ocurra, intenta que vuelva a dormirse sin sacarle de la cama. Acaríciale la espalda, háblale suavemente y cántale. También puedes llevártelo a la cama contigo si lo deseas.
No existe una única forma correcta de calmar a tu hijo y ayudarle a dormir toda la noche. Depende de ti elegir un enfoque que se adapte a ti y a tu familia.