El Método Montessori es único en su enfoque del aprendizaje y del desarrollo del niño, ya que se aleja del aprendizaje tradicional y se acerca a la crianza positiva. Muchos padres están interesados en el Método Montessori, sin embargo, no todos los centros de aprendizaje que se dedican a él comprenden plenamente los principios y el propósito del Método Montessori, lo que no permite que los niños tengan una verdadera experiencia Montessori. Para entender la metodología y aplicarla correctamente, volvamos a lo básico. El objetivo principal del método Montessori es ayudar al niño a desarrollar todo su potencial respetando sus intereses innatos y su capacidad de aprender haciendo. Esto se consigue proporcionando un entorno estimulante, preparado para un aprendizaje óptimo, con un profesor que observa y guía al niño, en lugar de instruirlo. A través de este enfoque, el método Montessori es eficaz para animar a los niños a disfrutar del proceso de descubrimiento y aprendizaje, desarrollando así habilidades de aprendizaje para toda la vida.
Los inicios del método Montessori
Los orígenes del método Montessori se remontan al barrio de San Lorenzo, en Roma (Italia), donde, en 1907, la Dra. Maria Montessori abrió la Casa dei Bambini (la Casa de los Niños). La Dra. Montessori era una médica italiana muy interesada en el desarrollo humano, sobre todo el infantil, y trabajaba en clínicas y escuelas para niños con dificultades mentales, físicas y emocionales.
La Casa dei Bambini comenzó cuando se le pidió a la Dra. Montessori que cuidara de un grupo de niños no escolarizados en la zona de los barrios bajos mientras sus padres trabajaban. Los niños, con edades comprendidas entre los 2 y los 6 años, eran analfabetos y corrían por los barrios marginales sin supervisión. Los promotores que estaban rehabilitando la zona querían que los niños estuvieran en una habitación para que no destruyeran la propiedad. La Dra. Montessori decidió crear una escuela que ayudara a los niños a aprender.
En la Casa de los Niños, la Dra. Montessori observó que a los niños les gustaba aprender haciendo cosas por sí mismos: resolviendo rompecabezas, limpiando su espacio, preparando sus comidas y otras actividades en las que podían participar. La Dra. Montessori se dio cuenta de que a través de estas actividades prácticas en las que los niños se interesaban, ellos mismos aprendían sin esfuerzo.
El objetivo principal del método Montessori
Como habrás deducido, el objetivo principal del método Montessori es ayudar al niño a desarrollar todo su potencial. La Dra. Montessori creía que el niño es su propia persona, capaz de determinar lo que debe aprender. El enfoque Montessori sigue al niño respetando sus intereses innatos y su capacidad de aprender haciendo.

Mientras que la mayoría de los sistemas educativos están diseñados desde el punto de vista del adulto, con hitos establecidos según los horarios y las expectativas de los adultos, Montessori cree que los profesores y los padres deben prestar atención al niño tal y como es ahora, no a lo que los adultos quieren que sea en el futuro. Esto significa conocer al niño, observar sus intereses actuales y apoyarle mientras aprende a desenvolverse en su mundo.
Los educadores y los padres pueden dar a los niños esta libertad para aprender y desarrollarse preparando un entorno estimulante en el que puedan explorar y decidir qué actividades quieren realizar.
Tenemos que abandonar nuestro papel de guardianes y asegurarnos de preparar un entorno en el que hagamos lo menos posible para agotar al niño con nuestra supervisión e instrucción. Cuanto más se ajuste el entorno a las necesidades del niño, más limitadas serán nuestras funciones como profesores. Sin embargo, debemos tener clara una idea: dar libertad a un niño no es lo mismo que abandonarlo o descuidarlo… debemos apoyar su desarrollo con un cuidado sabio y amoroso. Además, incluso al preparar un entorno para el niño, nos enfrentamos a una tarea importante, porque en cierto sentido tenemos que crear un mundo nuevo: el mundo de la infancia.
María Montessori
Los principios del Método Montessori
La educación Montessori tiene cinco principios fundamentales que rigen el desarrollo y la educación de los niños. Estos 5 principios respaldan el objetivo principal del aprendizaje Montessori.
-
Respeto por el niño
El primer principio de la educación Montessori es el respeto por el niño. A principios del siglo XX, cuando nació el método Montessori, los niños no tenían el mismo aprecio y respeto que tienen hoy. Los niños eran tratados más como propiedad de los adultos que los criaban, para ser instruidos, reprendidos, advertidos, en preparación para la edad adulta.
Montessori creía que el niño debía ser respetado como una persona completa, con un carácter y una personalidad distintos a los de los adultos. En este sentido, el respeto por el niño requiere darles la libertad de expresarse y explorar lo que les interesa en un ambiente seguro. Este principio respalda el objetivo principal de ayudar al niño a alcanzar su máximo potencial estando en sintonía con sus necesidades e intereses, en cierto sentido, despertando su mente en lugar de cerrarla. Este respeto infundirá en el niño la confianza que lo ayudará a crecer para alcanzar su máximo potencial.
-
La mente absorbente
La Dra. Montessori creía que la mente absorbente del niño le permitía aprender constantemente de su entorno. Especialmente desde la infancia hasta los seis años, todo lo que un niño encuentra es nuevo para él y, por lo tanto, absorbe nueva información y aprende de ella. Este principio apoya el objetivo principal al sensibilizar a los adultos sobre el hecho de que el niño necesita los estímulos y las experiencias necesarias para aprender y asimilar tanto como sea posible.
-
Periodos sensibles
La educación Montessori establece que hay períodos específicos en el desarrollo de un niño cuando son más aptos para aprender un conjunto específico de conocimientos. Estos son los «períodos sensibles». Durante estos momentos, los niños tienen una propensión, atención e interés naturales en los que están decididos a aprender más sobre un concepto o idea. Familiarizarlos con este aspecto redundaría en una mejor adquisición de conocimientos. Este principio sustenta el principal objetivo de Montessori al aconsejar a profesores y padres que estén atentos a los intereses del niño en un momento determinado de su desarrollo para que pueda aprender con mayor facilidad.
-
El entorno preparado
El ambiente preparado Montessori es un espacio diseñado para el niño en el que puede realizar las actividades que desee de forma autónoma. Se prepara anticipando lo que el niño necesita aprender y explorar en un espacio seguro. Estos incluyen tener artículos a su altura para facilitar el acceso, una amplia selección de materiales para elegir y artículos dispuestos de manera organizada y ordenada.
Este principio sustenta el principal objetivo de Montessori al darle al niño la libertad de decidir qué trabajo le gustaría realizar de acuerdo a sus necesidades e intereses en ese momento.
«Cuando hablamos de «entorno», incluimos todos los objetos que un niño puede elegir libremente y usar como mejor le parezca, es decir, de acuerdo con sus necesidades y deseos. Al principio, el educador simplemente lo ayuda a se sitúa entre todas estas cosas diferentes y le enseña el uso preciso de cada una de ellas. Pero luego lo deja libre en la elección y la ejecución de su actividad».
María Montessori, El descubrimiento del niño
-
Autoeducación
La autoeducación es el principio Montessori que refuerza la creencia de que los niños son capaces de aprender por sí mismos si se les da el entorno y el estímulo adecuados. Este principio apoya el objetivo principal del Método Montessori al respetar al niño como una persona completa, capaz de controlar su propio aprendizaje. La autoeducación representa la totalidad de los principios Montessori en acción. Es la consideración de la mente absorbente y los periodos sensibles del niño, así como el entorno preparado que le permite aprender de forma independiente.
El método Montessori como motor de la educación
Aunque el método Montessori es conocido como un método educativo de crianza positiva para niños pequeños, sus principios y su propósito beneficiarán al niño más allá de sus años. La idea de observar al niño para determinar sus necesidades, y permitirle seguir sus intereses, es un enfoque excelente para adoptar dentro y fuera del aula. Estos métodos dan al niño la confianza y la serenidad necesarias para confiar en sí mismo para aprender y desarrollarse en el entorno.