No siempre es fácil saber si tu bebé tiene hambre o necesita mamar. Ambas cosas pueden provocar llantos y gritos, y puede resultar difícil distinguirlas. Sin embargo, hay algunos signos que pueden ayudarte a entender qué necesita tu bebé.
La necesidad de mamar de los recién nacidos
La necesidad de chupar es una necesidad psicológica que puede desencadenarse por estrés, fatiga, dolor o frustración. Los bebés pueden querer chuparse el dedo o un objeto como un chupete para calmarse y relajarse.
La necesidad de mamar es un instinto natural de los recién nacidos. Es lo que les ayuda a mamar y alimentarse. Los bebés necesitan mamar para calmar su sistema nervioso y regular su temperatura corporal. Chupar también es importante para el desarrollo de la mandíbula y los músculos faciales. Los bebés pueden necesitar mamar cada 2 o 3 horas, aunque algunos duermen más tiempo entre toma y toma. Si notas que tu bebé tiene sed o hambre, es importante que lo alimentes o bebas inmediatamente. Los bebés también pueden necesitar alimentarse para calmarse y dormirse.
¿Cómo saber si tu bebé tiene hambre?
El hambre es una señal que envía el cuerpo para indicar que necesita comida. Los bebés suelen sentir hambre cuando su estómago les ha despertado o cuando han realizado alguna actividad física. Los bebés también pueden sentir hambre si su ingesta de alimentos se ha retrasado, por ejemplo durante un siesta. Algunos bebés tienen más hambre que otros y pueden pedir que se les alimente cada hora.
No siempre es fácil saber si tu bebé tiene hambre. Los bebés pueden llorar por muchas razones, y no siempre es evidente si tienen hambre o no. Afortunadamente, hay algunos signos que pueden ayudarte a saber si tu bebé tiene hambre. Por lo general, los bebés tienen hambre cada 2 o 3 horas, pero esto puede variar en función de la edad y el ritmo de cada bebé. Cuando tu llanto del bebé con más frecuencia de lo habitual, probablemente tenga hambre.
Otros signos de que tu bebé puede tener hambre son los siguientes:
- El bebé llora sin motivo aparente
- El bebé se chupa los dedos o los puños
- El bebé se retuerce
- El bebé gira la cabeza para mamar
Si notas que tu bebé parece tener hambre con más frecuencia de lo habitual, es probable que simplemente necesite comer más a menudo. Los bebés crecen deprisa y su apetito aumenta a medida que crecen.
¿Cómo diferenciar el hambre del bebé de la necesidad de mamar?
Es importante saber diferenciar entre el hambre del bebé y la necesidad de mamar, ya que esto puede ayudarte a comprender mejor las necesidades de tu hijo. El hambre es una necesidad fisiológica normal y necesaria, mientras que la necesidad de mamar es una necesidad psicológica.
Es difícil saber si tu bebé tiene hambre o sólo necesita mamar. Aquí tienes algunas señales que pueden ayudarte a saberlo:
- El bebé empieza a llorar: Es la señal más evidente de que tiene hambre. Si le has dado de comer hace poco, puede que sólo necesite mamar.
- El bebé se frota los ojos o la nariz: Son señales de que está cansado y necesita comer para recargar las pilas.
- El bebé está irritable: puede que tenga hambre o simplemente necesite que le den de mamar.
- El bebé está tranquilo y relajado: Son señales de que no tiene hambre y no necesita mamar.
¿Cómo satisfacer las necesidades de succión del bebé?
Los bebés necesitan succionar para calmarse y sentirse seguros. Es importante satisfacer las necesidades de succión del bebé para que pueda desarrollar un vínculo saludable con sus padres.
Aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a satisfacer las necesidades de succión de tu bebé:
- Ofrece a tu bebé el pecho o el biberón cuando parezca tener hambre o esté agitado. Esto le ayudará a calmarse y a sentirse tranquilo.
- Deja que tu bebé se alimente todo lo que quiera. Instintivamente sabrá cuándo debe dejar de mamar.
- No limites el número de veces que tu bebé puede alimentarse al día. Los bebés necesitan varias siestas y la lactancia puede ayudarles a descansar.
- Ofrécele el pecho o el biberón antes de que llore. Esto le ayudará a sentirse seguro y a evitar el llanto.
- Intenta crear un entorno tranquilo y relajante para tu bebé mientras se alimenta. Esto puede ayudar a reducir el estrés y promover la relajación.
Es importante satisfacer las necesidades de tu hijo, ya sean fisiológicas o psicológicas. Si alimentas a tu hijo cuando tiene hambre, le estás ayudando a crecer y desarrollarse adecuadamente. Si respondes a su necesidad de mamar, le ayudas a sentirse tranquilo y relajado.