La toxemia gravídica, también conocida como preeclampsia, es una enfermedad grave que se produce durante el embarazo. Aunque afortunadamente afecta a pocas mujeres, los síntomas no siempre son fáciles de reconocer. Con la preeclampsia, puede tener la tensión arterial alta, niveles elevados de proteínas en la orina que indican daño renal (proteinuria) u otros signos de daño orgánico. La preeclampsia suele aparecer a partir de las 20 semanas de embarazo en mujeres cuya tensión arterial estaba antes dentro de los límites normales. He aquí los signos a los que debe estar atenta y las consecuencias de esta afección para usted y su bebé.
¿Cuándo se produce la preeclampsia?
La toxemia gravídica -o preeclampsia- es una afección que puede presentarse en todas las madres embarazadas. Los signos más frecuentes son hipertensión, proteínas en la orina y retención de líquidos. Afortunadamente, la preeclampsia sólo se da en entre 5 y 8 embarazos %. La toxemia gravídica puede desarrollarse en cuanto se forma la placenta, por lo que rara vez se detecta antes de la semana 20 de embarazo. E incluso entonces, la mayoría de las veces en mujeres que no presentan ningún síntoma particular. Precisamente por eso es tan importante no saltarse ninguna prueba de detección.
En raras ocasiones, la preeclampsia puede desarrollarse hasta seis semanas después del parto.
Consecuencias de la preeclampsia para la madre y el bebé
Si no se trata, la toxemia del embarazo puede ser mortal para ambos. Es una de las causas del desarrollo del síndrome HELLP, una auténtica emergencia en la que la coagulación de la sangre y la función hepática se ven gravemente alteradas. La preeclampsia también puede provocar convulsiones (eclampsia) y daños orgánicos muy repentinos.
Además, la toxemia gestacional afecta al suministro de sangre y oxígeno a través de la placenta. Por eso la preeclampsia también puede causar problemas de crecimiento y desarrollo en los bebés. Sin embargo, la detección precoz puede reducir el riesgo.
Síntomas de la preeclampsia
Los síntomas de la preeclampsia no siempre son fáciles de interpretar. No obstante, suelen detectarse bien durante las pruebas de cribado. De hecho, uno de los objetivos de las mediciones frecuentes de la tensión arterial y los análisis de orina es descartar la toxemia del embarazo. Síntomas que puedes vigilar tú misma
- Dolores de cabeza intensos y/o náuseas
- Retención de agua
- problemas de visión, como visión borrosa, destellos delante de los ojos o visión doble
- dolor en la parte superior del abdomen o bajo las costillas
- Temblores musculares
Como los dolores de cabeza, las náuseas y los malestares son molestias habituales durante el embarazo, es difícil saber cuándo los nuevos síntomas son simplemente parte del embarazo y cuándo pueden indicar un problema grave, sobre todo si es tu primer embarazo. Si te preocupan tus síntomas, ponte en contacto con tu médico.
Causas de la preeclampsia
Hasta ahora, los médicos desconocen las causas de la preeclampsia. Pero se cree que está relacionada con un desarrollo deficiente de la placenta. Como consecuencia, suele producirse una reducción de los vasos sanguíneos en las madres afectadas. Esto afecta a la conexión entre la circulación de la madre y la del niño a través de la placenta. El resultado es la hipertensión.
Por desgracia, es difícil influir en el propio riesgo de preeclampsia. No obstante, existen factores que aumentan la probabilidad de padecer preeclampsia:
- Preeclampsia en embarazos anteriores
- Ciertas afecciones preexistentes como diabetes, hipotiroidismo, hipertensión, enfermedad renal o enfermedades autoinmunes.
- Embarazos múltiples
- Obesidad
- Edad inferior a 20 años o superior a 35.
¿Cómo puede prevenirse la preeclampsia durante el embarazo?
Desgraciadamente, no existe una forma segura de prevenir la preeclampsia. Pero si presenta determinados factores de riesgo, su médico le sugerirá medidas específicas. También son muy útiles una dieta sana, ejercicio y, si es necesario, medicación antihipertensiva. Sin embargo, es difícil actuar sobre la mayoría de estos factores. Y hasta la fecha, no hay forma de predecir la toxemia gestacional.
¿Cómo se trata la preeclampsia?
Se le prescribirá un tratamiento antihipertensivo y se le examinará periódicamente. También es importante que vigiles de cerca tu tensión arterial. Y para evitar problemas mayores, los ginecólogos* suelen inducir el parto en la semana 34 de embarazo. En caso de parto prematuro previsible, se le suele administrar una inyección de maduración pulmonar. A continuación, se te vigilará estrechamente durante el posparto, hasta que desaparezca la intoxicación relacionada con el embarazo al cabo de unas semanas.